Tengo la oscura sospecha de que eres el mismo tipo que me encontré el inviernos pasado.
Detrás de esto, se vuelve a mí un cumulo de sentimientos por de más sangrientos y doloroso.
Mi cuerpo se azota con fuerza contra mi paz, latigazos de decepción golpean mi frágil corazón, explota mi necesidad de odio.
Con desesperación trato de recordarte, necesito respirar aire de tranquilidad.
Pero la angustia se apodera de mí ser, siento que esto se aferra y desgarra mi interior, como deseo enterrar mi pasado, en aquella tumba donde se encuentra, El tipo que hizo desangrar mi corazón, aquel congelante inverno pasado.
Mientras tanto, el final está muy lejos de alcanzarlo, detrás de la fría sonrisa se oculta la oscura sospecha que, con sigilo recorre cada espacio de mi cuerpo.
La fría sonrisa, la sueles tornar cálida, con solo el perfecto tono de tu voz.
Tu gran poder de amar, hace que mi fantasía multicolor nunca se torne a gris.
Eres un ser bañado de destellos de maravillosa dulzura, no pienso dos veces en envolverme en tus vestigios de inmortal pasión.
Idolatro tu don, el que da quietud y alegría a mi alma. Como ningún otro ser en esta
Tierra, le proporciona el color que necesita mi vida.
Neutralizas el agrio sabor de mi pasado, canalizas todo lo bueno y profundo de mi corazón, lo explotas hacia mi exterior y te aferras a él, para que nunca volver a sepultarlo en la profundidad perdida de mi siniestra imperfección.
Dulce Ángel de mi luz, nunca te extingas.
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